Primera partida de Rolemaster en Cartagena.
PARTIDA 1 (03 de noviembre de 2013)
Era el medio día del 15 de Agosto del 511 DGM (Después de
las Guerras de Miriador). Hacia un viento fresco del norte y hacia poco que
había llovido dejando todos los caminos transitados cubiertos de barro. Ese día
estaba despejado y apenas había algún que otro jirón de nube en el azulado
cielo de Madhuwatás. Los el camino estaba rodeado por los restos de la tala de
árboles para comerciar con la madera de estos. Leathys estaba pagando bien y el
oro y la plata abundaban estos días en la zona sur de Madhuwatás.
El enano llevaba ya un buen trecho caminando y con la barba
y las botas llenas de barro así que
decidió hacer un alto en el camino y descansar contra una fresca piedra que
había en una zona tranquila, fuera de ojos curiosos y humanos que lo miraban
fijamente cuando creían que no les observaba.
Pero poco duró la tranquilidad, los cuatro seres eran altos,
de un metro ochenta al menos, cubiertos por espeso pelaje parduzco y encorvados
sobre dos piernas que más parecían patas con las garras. De miembros largos y
fibrosos el torso de aquellos seres era tan grande como el de un humano fornido
y su cabeza similar a la de una hiena pero con un hocico más puntiagudo y
fauces siempre abiertas dejando ver sus amarillentos colmillos.
Tres de los gnolls se quedaron detrás del que se dirigió al
enano, divertidos ante la escena. Los cuatro llevaban lanzas cortas y
broqueles; el que se encaró con el enano era un poco más grande que los otros
tres y apuntando al enano señalaba el hacha y el escudo que este llevaba. El
idioma gutural del gnoll no fue impedimento para que el enano supiese que lo
que querían era su equipo, viéndose sólo y superado en número intuyó que su
viaje había llegado a su fin, pero no dejaría este mundo sin luchar,
prefiriendo morir antes de ver como estas sucias criaturas ponían un solo dedo
en su sagrado equipo de batalla.
Dispuesto para el combate, contaba con la desventaja de la
lanza del gnoll, aunque sabía que si conseguía esquivar la primera acometida de
este contaría con ventaja al estar cuerpo a cuerpo y gozar de mayor movilidad
que el la bestia con su lanza.
Yo caeré- pensó-, pero tu caerás primero. Pero justo antes
de recibir el lanzazo una flecha salió desde unos árboles impactando en el
hombro de unos de los tres gnolls detrás del cabecilla, dejándolo un instante
aturdido un instante para recibir un nuevo impacto, esta vez de una piedra
lanzada desde otra zona de árboles y dejando al gnoll sin apenas resuello tras impactar
la piedra en su espalda. Los otros hombres hiena se giraron hacia donde habían
sido disparado los proyectiles pero no lo suficiente para evitar un nuevo
proyectil, en este caso una flecha disparada desde un arco manejado por un
elfo; esta se clavó en la pierna del que se encontraba más lejos del elfo.
Estupefactos por el fin de la diversión y verse igualados en
número los gnolls se encararon con los nuevos visitantes de aquel claro. Un elfo de las nieves, un bárbaro del norte y
un datarano.
Pero el enano estaba centrado en su rival, y su rival en
habitante de las cavernas. La confianza en su superioridad por tamaño fue la
perdición del gnoll que dio un lanzazo demasiado rápido y claro, lo que hizo
que el enano lo desviase fácilmente con su escudo y utilizase parte de su
impulso para desequilibrar los suficiente al gnoll y dejarlo expuesto a un
golpe de hacha.
Asiéndola con fuerza, el arma del enano impactó en el brazo
del arma con la parte plana de esta, oyéndose al instante el reconocible crujir
de huesos y desgarro de tendones, dejando el brazo del arma inutilizado.
Acto seguido el datarano se acercó más al grupo con grandes
y rápidas zancadas, parapetándose detrás de la roca que había servido de
descanso para el enano y cargando una nueva flecha.
Uno de los gnolls que todavía no había recibido ningún
impacto se dirigió cargando contra el elfo que había disparado una flecha, pero
tras dar un par de pasos la bestia se frenó, mirando curioso y calmado al elfo.
El elfo a su vez había dejado caer al suelo su arco y en actitud sosegada y con
las manos extendidas y las palmas abiertas recurrió a Lishamak, diosa de la
naturaleza para que calmase a aquel ser que se abalanzaba sobre él. La llamada
de la diosa fue lo suficiente fuerte para superar las ansias de sed de sangre
de la bestia, mirando a su alrededor y comenzando a marcharse de la zona del
combate y haciendo caso a la sugerencia del elfo de que dejase aquel lugar.
El bárbaro cargó contra el otro gnoll que ya había recibido
su impacto de honda, blandiendo su espada con fuerza, pero no la suficiente,
pues la bestia ya estaba apercibida de su presencia y no se dejaría atacar una
segunda vez sin oponer resistencia.
El enano por su parte se encontraba centrado en acabar con
su agresor y con un brazo destrozado solo tuvo que dar un golpe seguro a su
desprotegido costado y la bestia cayó muerta en el barro.
Una nueva flecha salió disparada desde el arco del datarano,
impactando en un costado del mismo gnoll que recibió su primer ataque, viéndose
herido, superado en número y con su líder caído la bestia intentó correr y
salir de aquel lio pero una nueva flecha del datarano en su espalda acabó con
su vida.
Menos suerte tuvo el bárbaro con su contrincante, más
preparado para el combate y con un buen lanzazo tras esquivar el primer ataque
de la espada del bárbaro, el filo de la lanza le provocó un profundo corte en
el cuello abriéndole una terrible herida y dejándolo expuesto a un segundo
ataque del gnoll. Pero este segundo ataque no llegó por que cegado por el
fragor del combate y entonando el grito de guerra atronador de los enanos de
las profundidades, el hacha del enano impactó de forma terrible contra el
costado del gnoll, destruyendo las costillas y órganos, desplomándose el cuerpo
sin vida en el barro cubierto de sangre.
Pero todavía quedaba uno y pese a que se había rendido y
esta siendo apuntado por el datarano, el enano no tuvo miramientos en cargar
contra este, arrodillado y desarmado el hacha acabó con su vida con un fuerte
golpe.
Impactado por la reacción de enano, el clérigo elfo no pudo
mas que centrarse en la fea herida del bárbaro.
Me llamo Crax- dijo el elfo-. Njord- balbuceó el hombre del
norte. Al poco el bárbaro notó un a mano
sobre su hombro. –¿Cómo te encuentras joven?. Me llamo Gotrek.
¡Pero que porquería es esta!- los tres se dieron la vuelta y
vieron al datarano sobre uno de los cadáveres de los gnolls caídos y
sacudiéndose algo de la mano. El datarano se dio cuenta de que le estaban
mirando.
Dórel. Encantado-. Y siguió registrando al grupo de gnolls.
Así se conocieron los pjs, y decidieron unirse en su viaje
hacia Dat-kel, pueblo que estaba surgiendo y creciendo en la zona y que muchos
decían que tenía muchas posibilidades para todo el mundo de enriquecerse y
prosperar.
Durante el camino estuvieron acompañados por numerosos
viajeros y comerciantes que iban o venia del creciente asentamiento, todos
atraídos por las cercanas y recientes explotaciones madereras y la necesidad de
Leathys para seguir con su guerra contra el Imperio de Belerian.
Datkel era una población que claramente estaba en pleno
crecimiento. Sin apenas organización en sus calles, se mezclaban edificios
viejos y de madera con otros más nuevos y alguno que otro con paredes de piedra
de los que se querían instalar y que contaban con más recursos.
Por lo que pudieron averiguar los pjs, el pueblo contaba con
un alguacil, pero por lo visto quien dirigía la población era un pequeño
cacique llamado Korlan, un humano que controlaba a un grupo de vulfen llamado
los “colmillos sangrientos” y que además tenia pagados a varios matones humanos
y algún que otro ogro que le hacia de guardaespaldas.
Esta información la fueron recopilando conforme fueron
preguntando en el pueblo por un lugar donde descansar y comer algo. Un amable
aldeano les informó de que la Posada de Porl y Dala era un buen lugar para
evitar altercados y comer un buen cerdo asado, así como sus famosas tostadas de
desayuno, grandes rebanadas de pan tostado untadas con manteca, un chorro de
miel y unas tiras de beicon frito.
Durante su estancia en la posada degustaron las patatas
picantes cocinadas con la grasa sobrante del asado de cerdo, la cerveza fresca
del lugar, la cual no tuvo mucho éxito en el paladar del enano quien estaba
acostumbrado a bebidas con mas cuerpo y fuertes. Pese a todo los pjs no se
atrevieron a probar el “licor de araña” traído de Belerian.
Entre plato y plato conocieron a Kogan, un enano al que le
faltaba el brazo derecho y que llevaba un poderoso martillo como arma para
disuadir a los que pretendían alterar la seguridad de la posada. A este
respecto los pjs pudieron ver como con su mera presencia Kogan hizo dar media
vuelta a un grupo de tres grandes gnolls que aparecieron por la pesada,
probablemente para armar bronca.
En la posada también conocieron la situación de la pequeña
Valeria, hija de unos granjeros del norte del pueblo que fueron atacados en su
casa y masacrados por unos gnolls viajeros y que no pudieron descubrir su
autoría.
Tíranir, un montaraz ya entrado en años (aparenta unos 50)
estuvo conversando con los pjs durante parte de la noche sobre la situación de
la ciudad y lo injusto de que no hubiese
nadie para velar por los intereses y seguridad de la pequeña Valeria.
El montaraz, conmovido por la valentía y arrojo de los pjs,
les indicó que si estaban dispuestos ha hacer algo por los ciudadanos de
Datkel, los llevaría al día siguiente de cacería. Al parecer un troll de las
nieves se había adentrado en los alrededores de las zonas de tala y pretendía
salir en búsqueda de su rastro antes de que se enfriase demasiado.
Los cuatro jóvenes aventureros accedieron a acompañarlo,
levantándose temprano al día siguiente para comprar el equipo necesario para
los días de viaje a través del bosque.
De este modo aprovecharon para visitar a un curandero, Klevir, que tenía
serios problemas con el alcohol y que perdía a más pacientes de lo que habría
de esperarse en un hombre que se dedicase a la curación. “Matasanos” era un
apodo que le iba muy bien.
En el establecimiento de Klevir, Crax y Gotrek no pudieron
sacar mucho sobre los precios de las hierbas que podían serles de utilidad,
pero parecía que no contaba con demasiadas existencias.
Mientras, Njord y Dórel buscaron la tienda de suministros de
Terl, pero cuando llegaron, un grupo de gnolls de los colmillos estaba acosando
a este y exigiendo el pago de sus deudas de ese mes. Los pjs esperaron fuera y
cuando se fueron los gnolls de camino al Manto (la taberna regentada por
Korlan) Njord se quedó a ayudar al comerciante mientras que Dórel seguía a los
hombres bestia durante unos metros.
Cuando Dórel vio que no se habían percatado de su presencia,
en un derroche de habilidad lanzó una piedra a un carromato cargado de
gallinas, impactando el puntiagudo guijarro en los cuartos traseros de la mula
que tiraba del carromato, encabritándola y armando un alboroto que hizo mirar
hacia ese punto a todos los gnolls, momento que aprovechó rápidamente el joven ladronzuelo
datarano para cortar la bolsa de monedas que había requisado uno de los gnolls
al tendero.
Y así volvieron a la taberna para reunirse con Tíranir, con
el equipo listo para el viaje y con una bolsa con al menos 10 monedas de plata.
y su cabeza similar
a la de un
El día empezaba bien.oio despeedia similar a la de uno erpo y gozar de mayor movilidad que el
la bestia con su lanza.
PUNTOS DE EXPERIENCIA
DÓREL: 1.645 PXS
NJORD: 1.340 PXS
GOTREK: 1.425 PXS
CRAX: 2.010 PXS
Como ya os dije, me lo pasé muy bien dirigiendo la partida y ya tengo ganas de la siguiente.